Skip to content
FacebookTwitterInstagram
ITEMAITEMA
ITEMA
Los mejores Psicólogos del centro de Madrid – Barrio de Argüelles
  • Clinica Psicológica
    • Terapia y Psicología infantil
    • Terapia y Psicología Adolescentes
    • Terapia y Psicología Adultos
    • Terapia Online
  • Equipo
    • María Xesús Froxán Parga
    • Mónica González Lacson
    • Miriam Rocha Díaz
    • Gala Almazán Antón
    • Ricardo de Pascual Verdú
  • Formación
    • Máster Terapia de Conducta
    • Curso online de Análisis Funcional – Febrero 2021
    • Cursos Monográficos
    • Supervisión
    • Practicum
  • Talleres
    • Escuela de parejas
    • Grupos de alimentación
  • Blog
  • Investigación
    • Congresos
    • Publicaciones
  • Contacto
  • Novedades
 
  • Clinica Psicológica
    • Terapia y Psicología infantil
    • Terapia y Psicología Adolescentes
    • Terapia y Psicología Adultos
    • Terapia Online
  • Equipo
    • María Xesús Froxán Parga
    • Mónica González Lacson
    • Miriam Rocha Díaz
    • Gala Almazán Antón
    • Ricardo de Pascual Verdú
  • Formación
    • Máster Terapia de Conducta
    • Curso online de Análisis Funcional – Febrero 2021
    • Cursos Monográficos
    • Supervisión
    • Practicum
  • Talleres
    • Escuela de parejas
    • Grupos de alimentación
  • Blog
  • Investigación
    • Congresos
    • Publicaciones
  • Contacto
  • Novedades

¿Afortunada? Consecuencias que pueden aparecer tras un abuso o agresión sexual

Cuando hablamos de abuso sexual y agresión sexual nos referimos a dos sucesos diferenciados por el Código Penal (CP) que son incluidos dentro de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. La diferencia entre ambos reside en que el abuso sexual (artículo 181 CP) se refiere a que el suceso se produce sin consentimiento de la víctima pero en ausencia de violencia o intimidación, mientras que la agresión sexual (artículo 178 CP) requiere de esta violencia o intimidación para ser considerado como tal. Ahora bien, ¿qué significa esto para las personas que han sufrido estas situaciones y viven las consecuencias de las mismas? Dejando a parte esta ambigüedad que abre la puerta a numerosos conflictos, la psicología, y especialmente el análisis de conducta, pretende explicar como sucesos de este tipo pueden provocar problemas psicológicos similares, por lo que cabría preguntarse si realmente son tan diferentes.

¿Afortunada?

En 1999, Alice Sebold escribió un libro autobiográfico titulado Afortunada, donde refleja la “traumática” experiencia que supone una violación y muestra la reacción del entorno ante este hecho, el cual consideró que tuvo suerte de no haber muerto aquel día. A partir de ese momento, todos sus escritos, espejo de su vida, se vieron influidos por este suceso.

«¿Quién hubiera dicho que algo que ocurrió hacia tanto tiempo podía tener tanto poder?»

 «Desde entonces siempre he pensado que en la definición de la palabra “violación” del diccionario debería decir la verdad. No es sólo un acto sexual con el uso de la fuerza; la violación significa habitar y destruirlo todo.»

La palabra “trauma”, proveniente del modelo médico y, posteriormente, utilizada por el psicoanálisis, es empleada numerosas veces para referirse a la gravedad de una experiencia y los efectos que tiene sobre una persona. Sin embargo, este término puede hacernos caer en una trampa al designar a aquello que etiqueta como algo duradero e imposible de superar o cambiar, algo que nos afectará el resto de nuestra vida (como bien ejemplifica el texto de Sebold). Aquí es donde reside la importancia de la psicología.

Desde la perspectiva psicológica, se pueden explicar aquellas consecuencias y secuelas que aparecen tras un abuso o agresión sexual gracias a los procesos de aprendizaje. Es el conocimiento de estos lo que permite al psicólogo trabajar en sesión con las personas que han vivido estos sucesos y ayudarles a volver a sentirse bien tanto consigo mismos como con su entorno.

¿Cómo se explicaría entonces la perpetuidad del suceso que vivió Alice Sebold, al igual que el de otras muchas persona? La psicología explicaría esta continuidad entendiendo que no es el malestar ligado al propio suceso lo que se mantiene en el tiempo, sino el malestar ligado a todos los elementos que se asociaron con él (recuerdos, personas, lugares, sensaciones físicas, etc.), lo que se conoce como un proceso de aprendizaje asociativo o clásico. De esta manera, los elementos asociados a la agresión o al abuso, producirían la misma emoción que el suceso en sí.

Pero, ¿y cómo puede ser que no desaparezca esa asociación según va transcurriendo el tiempo y siempre se viva como la primera vez? Es común que cuando vivimos una experiencia desagradable, intentemos evitarla de todas las maneras posibles (aprendizaje operante). Evitamos los lugares donde ocurrió, las personas relacionadas con ella, los recuerdos que la reflejan, las conversaciones en las que se nombra… Es a raíz de esta evitación como mantenemos la reacción emocional intacta y caemos, erróneamente, en etiquetar la experiencia como traumática: habitando y destruyendo todo, como dice Sebold. Este proceso se denomina aprendizaje operante o moldeado por las consecuencias, ya que, dependiendo de si la consecuencia que sigue a la conducta (montar en coche, tocar al perro o ir al callejón oscuro) es agradable o desagradable, tendemos a repetirla en el futuro.

Este proceso de evitación es el que dificulta que las personas se puedan exponer a los estímulos que generan malestar e impide, por tanto, que se produzca una habituación, lo que les permitiría poder estar en contacto con estos recuerdos, situaciones y personas sin que se produzca esta reacción emocional ni las subsiguientes consecuencias.

 

                                                                            Rachel Levit

 

¿Cuáles son las posibles consecuencias que pueden aparecer tras un abuso o agresión sexual?

  • Aparición automática de emociones y pensamientos aversivos (culpa, miedo, ansiedad, enfado, etc.) ante:
    • Personas del sexo agresor (masculino en su mayoría) o de alguna de sus características (ropa, barba, color de ojos/pelo/piel, etc.).
    • Situaciones y objetos relacionadas con la sexualidad: masturbación, relaciones sexuales con otras personas, ropa interior relacionada con el sexo, etc.
    • Parejas y otras personas con las que la persona pueda tener algún tipo de interacción sexual/romántica. De la misma manera, los sentimientos de enamoramiento o cariño se pueden asociar con emociones negativas.
    • Sensaciones corporales (palpitaciones, respiración acelerada, penetración, caricias, excitación, etc.) que se pudieron sentir durante el suceso negativo o que se experimenten en las relaciones sexuales.
    • Partes del cuerpo asociadas con el suceso y con las relaciones sexuales.
    • Situaciones de “dominancia” o en las que aparezca la sensación de sentir vulnerabilidad.
    • Conversaciones relativas o relacionadas con el suceso (el suceso en cuestión, abusos o agresiones sexuales, el sexo, la sexualidad, etc.).

Estos pensamientos y reacciones emocionales aparecen debido a una asociación entre el evento negativo, desencadenante de las emociones y pensamientos negativos, y los elementos relacionados con el mismo (aprendizaje clásico). Esta asociación, que da lugar a la respuesta automática, explica los recuerdos (imágenes, pensamientos, percepciones, etc.) y sueños desagradables y recurrentes que se pueden experimentar.

  • Evitación y distanciamiento de los estímulos (personas, situaciones, objetos, sensaciones, etc.) que generan pensamientos y emociones desagradables, así como dificultad para saber cómo comportarse ante estos estímulos. Por ejemplo, se pueden intentar evitar las relaciones sexuales o encontrar que, al producirse, la persona no se siente parte de la misma o no sabe cómo relacionarse de manera sexual.

 

Es usual también que la persona que ha sufrido el abuso o la agresión sexual intente evitar todo aquello que pueda aumentar la probabilidad de que se repita de nuevo. Por ejemplo, no salir nunca sola de casa.

  • Anticipaciones y pensamientos negativos sobre posibles situaciones en las que podría estar en contacto con los estímulos (personas, situaciones, objetos, sensaciones, etc.) que generan malestar, lo que fomenta que la persona los evite y se perpetúe el malestar.
  • Dificultad para hablar sobre el suceso negativo, tanto por la aparición automática de emociones negativas como por la incomodidad, tristeza, rechazo social… que se puede encontrar en el entorno. La persona puede preferir no hablar de ello tanto por anticipar el posible rechazo, como por haberlo experimentado.

 

  • Baja autoestima y sensación de inferioridad. La persona que ha vivido el abuso o la agresión puede ir, poco a poco, sintiéndose indefensa e inferior y describirse como tal (“fue culpa mía”, “no soy lo suficientemente…”), tanto por el hecho ocurrido como por la evitación de muchas situaciones relacionadas con emociones negativas que le van limitando. Estos sentimientos y pensamientos negativos están relacionados con el desinterés y baja motivación que se pueden llegar a sentir.

 

  • Disminución o pérdida de relaciones sociales y actividades agradables para la persona. Esto está directamente relacionado con:
    • La evitación de todo aquello que genera malestar, que impide que la persona salga de su “zona segura” y se relacione con el entorno, el cual podría ayudarle a sentirse mejor y distanciarse del suceso negativo.
    • La baja autoestima, la sensación de inferioridad y las autodescripciones negativas, que dificultan el mantener relaciones sociales y tener motivación para realizar actividades agradables.

 

  • Todos estos problemas conductuales debidos al abuso o la agresión sexual, pueden generar también un aumento o disminución del sueño y del hambre, dificultades de concentración y respuestas de alarma exageradas.

A pesar de haber enumerado y descrito cuáles son los principales problemas psicológicos que podemos encontrar en las personas que han sufrido un abuso o agresión sexual, estas consecuencias pueden ser muy variables. Es por esto por lo que el trabajo terapéutico siempre parte de un análisis exhaustivo de cómo la persona ha vivido la experiencia negativa y cómo ésta está afectando en su día a día. De esta forma, nos alejamos de la concepción del evento como “traumático”, para así planear un abordaje individualizado que permita a la persona dejar estos sucesos negativos en el pasado y poder retomar, de nuevo, el control de su vida.

 

Laura Arévalo Saiz

Alumno de 2º de Máster de ITEMA

Twitter Facebook WhatsApp

Author: Comunicación

Post navigation

PreviousPrevious post:Psicología y medio ambienteNextNext post:Miedo al compromiso

Related posts

Postparto, ¿y ahora qué?
1 marzo, 2021
¿Hay un impostor entre nosotros?
2 febrero, 2021
Psicólogos Vs Psiquiatras
22 mayo, 2020
Dualismo y psicología
28 abril, 2020
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”
17 abril, 2020
Sobre terapias psicológicas…sí hay mucho escrito
27 marzo, 2020

Deja un comentario Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Le informamos que el responsable de los datos personales que facilite a través de este formulario será el INSTITUTO TERAPÉUTICO DE MADRID, S.L. Sus datos serán tratados para gestionar la publicación de comentarios en las distintas entradas del blog y no serán comunicados a terceros salvo por obligación legal. Podrá acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional, a través de la siguiente dirección rgpd@itemadrid.net. Puede consultar más información en la Política de Privacidad.

limpiar formularioPost comment

Rellene el siguiente formulario para suscribirse a nuestro blog.

Le informamos que el responsable de los datos personales que facilite a través de este formulario será el INSTITUTO TERAPÉUTICO DE MADRID, S.L. Sus datos serán tratados para gestionar su suscripción al blog y no serán comunicados a terceros salvo por obligación legal. Podrá acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional, a través de la siguiente dirección rgpd@itemadrid.net. Puede consultar más información en la Política de Privacidad.
He leído y acepto la política de privacidad

Entradas recientes
  • Postparto, ¿y ahora qué?
  • ¿Hay un impostor entre nosotros?
  • Bullying: Ayuda para Padres
  • ¿Qué puede hacer la Psicología en tiempos de Coronavirus?
  • Psicólogos Vs Psiquiatras
Categorías
  • Alumnos
  • Ansiedad
  • Cursos
  • Noticias
  • Pareja
  • Psicología
  • Seminarios
  • Sin categoría

OPINIONES CURSO PAREJAS

Un taller que te da una visión global de lo que hacer y no para que tu relación mejore y sobre todo te ayuda a identificar dónde están tus fallos y así poder intentar cambiar la situación.

Silvia D. (2019)


Nos ha gustado mucho el curso, creo que ha estado planteado muy bien, dando muchas herramientas para afrontar las dificultades que se presentan con la convivencia.

Arturo S. (2019)


«Este taller hace un repaso muy completo sobre los factores que afectan al deterioro de una relación de pareja, dando además muchas pautas y ejercicios prácticos para evitarlos o solucionarlos. Todo ello desde un ambiente cercano que invita a compartir ideas y experiencias»

Irene B (2019)

 

CLÍNICA DE PSICOLOGÍA

Itema es un centro de psicología ubicado en el Barrio de Argúelles de Madrid, nuestra labor se centra en el asesoramiento psicológico de cada persona. Nuestros Psicólogos en Madrid están altamente cualificados, y tienen amplia experiencia en los tratamientos psicológicos que ofrecemos. ¡Visita nuestra clínica de Psicología!

ESPECIALIDADES
  • Terapia y Psicología Adultos
  • Terapia y Psicología Adolescentes
  • Terapia y Psicología infantil
  • Terapia Online
FORMACIÓN
  • Máster Terapia de Conducta
  • Cursos Monográficos
  • Practicum
  • Supervisión
SUSCRÍBASE A NUESTRAS NOTICIAS
Le informamos que el responsable de los datos personales que facilite a través de este formulario será el INSTITUTO TERAPÉUTICO DE MADRID, S.L. Sus datos serán tratados para gestionar su suscripción al boletín de noticias y no serán comunicados a terceros salvo por obligación legal. Podrá acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional, a través de la siguiente dirección rgpd@itemadrid.net. Puede consultar más información en la Política de Privacidad.
He leído y acepto la política de privacidad
CONTACTO
Dirección: Calle Martín de los Heros, 21. 5ºA 28008. Madrid Telefono: (+34) 91 435 75 95 Email: contactar@itemadrid.net Skype: itema-skype

Encuéntranos en:

FacebookTwitterInstagramMail
ITEMA

© Copyright 2017 ITEMA. Todos los derechos reservados. Centro autorizado por la Consejería de Sanidad de Madrid con Registro nº CS10340. | Aviso legal | Política de privacidad | Política de cookies